martes, 8 de abril de 2008

SOBRE UN RETRATO

De manera que soy yo
el del retrato
y es otra vez entonces
por esa manía que tenemos
de guardar, celosamente,
los rastros del tiempo.

No obstante, no recuerdo
con exactitud. He olvidado
aquel día, el sol
de aquella mañana, lo que se habló,
a los que hablaron,
el porqué de la foto.

Ha pasado el tiempo:
millares de años
con sus días
encadenándose uno tras otro
como eslabones.

Ha pasado la época
de las referencias
y he aprendido de súbito
lo terrible, lo simple,
lo hermoso, lo importante
de los nombres, de las palabras
que sabía por los libros,
por el cine, por las cartas
de aquel amigo
que pasaba hambre
en una vieja ciudad
del Continente y me invitaba
a compartir su orgulloso exilio.

Han pasado millares de años
y no soy ya ese doble
que me mira, tan real,
detenido para siempre
en un paisaje que algunos
recorren con la fuerza
de la costumbre, sin siquiera
reparar en los efectos
de la erosión.

Algo ha sucedido entre nosotros
que nos diferencia, que nos separa:
nuestros tiempos no coinciden.

Armando Álvarez Bravo

1 comentario:

Maria dijo...

M'ha agradat molt. Sobretot aquest trosset. Maria.

Han pasado millares de años
y no soy ya ese doble
que me mira, tan real,
detenido para siempre
en un paisaje que algunos
recorren con la fuerza
de la costumbre, sin siquiera
reparar en los efectos
de la erosión.